#VerdeEnValor. EP01: ¿Por qué proteger la selva?
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#VerdeEnValor. EP01: ¿Por qué proteger la selva?

7 May, 2021 | Por: Proyecto Prevenir

Conoce cómo proteger nuestra selva en Verde en Valor, un podcast producido por el Comité de Lectura en Alianza con el Proyecto Prevenir de USAID.

La selva es una de las regiones más preciadas que tiene el Perú pero también una de las más olvidadas. Hoy estrenamos Verde en Valor, un podcast producido por el Comité de Lectura en Alianza con el Proyecto Prevenir de USAID, que tiene como objetivo visibilizar y generar conciencia sobre los delitos ambientales que se cometen en la selva peruana. Este va a ser un viaje para reflexionar sobre cómo podemos proteger algo tan valioso como nuestros bosques amazónicos y qué herramientas tenemos a la mano para prevenir y combatir estas amenazas.

Puedes escuchar aquí el primer episodio de #VerdeEnValor o continuar leyendo. 

[#VerdeEnValor] Ep. 1 ¿Por qué proteger la selva?

La selva es una de las regiones más preciadas que tiene el Perú, pero también una de las más olvidadas. Hoy estrenamos Verde en Valor, un podcast producido por el Comité de Lectura en alianza con el proyecto Prevenir de USAID, que tiene como objetivo visibilizar y generar conciencia sobre los delitos ambientales que se cometen en la selva peruana. Este va a ser un viaje para reflexionar sobre cómo podemos proteger algo tan valioso como nuestros bosques amazónicos y qué herramientas tenemos a la mano para prevenir y combatir estas amenazas.

El bosque tropical del Amazonas es el más grande del mundo. Alberga 1.500 especies de aves, más de 2 millones de especies de insectos y más de 2.000 especies de peces. Muchos lo llaman el pulmón del mundo porque es gracias a sus plantas que se puede eliminar gran parte del dióxido de carbono del planeta, a su vez creando oxígeno.

El Perú es, después de Brasil, el segundo país con mayor territorio amazónico, incluyendo los orígenes y buena parte del río Amazonas y gran parte de la biodiversidad global, todo lo cual hace que sea una labor trascendental protegerlo. ¿Cuáles son algunas de las amenazas que enfrenta la selva peruana? Hay tres muy relevantes que ponen en riesgo su biodiversidad y que queremos ir contándoles sobre ellas a lo largo de los siguientes episodios de este podcast. Nos referimos al tráfico ilícito de vía silvestre, a la tala ilegal y a la minería ilegal.

De la mano con ustedes nos vamos a adentrar en estos problemas, descubrir por qué ponen en riesgo a la Amazonía y qué soluciones podemos plantear como país y como ciudadanos interesados en que esta zona se preserve. Seremos francos, el panorama no es muy alentador. Cada año se pierden 150.000 hectáreas de bosque, el equivalente a 210.000 canchas de fútbol, al tiempo que se pone en riesgo a las especies que lo habitan.

Una cantidad alarmante de estas hectáreas desaparecen como consecuencia de la minería ilegal o debido a que los ecosistemas mueren al retirarse las especies que les dan vida. Las regiones de Loreto, Madre de Dios y Ucayali albergan el 80% de la Amazonía peruana y son la fuente del 86% de la madera maciza que se extrae en el país. En nuestros bosques crecen muchos árboles de caoba y chihuahua, que son algunas de las especies más cotizadas por las propiedades de su madera.

En Loreto el crimen ambiental más predominante es el tráfico maderero y el tráfico de especies silvestres por las fronteras con Ecuador, Colombia y Brasil. Una nueva amenaza en la zona son las pequedragas, es decir las pequeñas dragas mineras de oro que se hacen desde embarcaciones en el distrito de Alto Nanay y que contaminan el río Nanay, que desemboca en el Amazonas con mercurio. Por otro lado está Madre de Dios con alta incidencia de minería de oro ilegal que luego saca dicho metal de contrabando a Brasil y Bolivia junto con madera y especies silvestres.

En agosto del 2020 se descubrió una red de crimen organizado de tráfico de madera y otros crímenes ambientales que incluía a 14 personas, entre ellas ex directores de la Oficina Regional del Medio Ambiente. Y finalmente está Ucayali, que también tiene un problema de tala ilegal muy fuerte relacionado a una alta corrupción de autoridades regionales, como es el caso de Cocha Anía que involucra a cinco ex funcionarios del gobierno regional acusados de tráfico de tierras y deforestación de cerca de 3.000 hectáreas. La pandemia no ha hecho más que agudizar este problema.

Se sospecha que la deforestación ha aumentado el último año teniendo en cuenta que el precio del oro repuntó durante la crisis del COVID-19 y que históricamente el precio del oro y la deforestación han seguido una correlación. Las comunidades indígenas se han visto duramente afectadas por la pandemia con escaso acceso a medicinas y hospitales y a su vez sin la presencia de personas externas que pudieran apoyarlas en esta situación crítica. Y a esto hay que sumarle que gran parte de los entes fiscalizadores de la Amazonía no han podido desplazarse para proteger las zonas más vulnerables, dando paso a que estas actividades ilícitas se multipliquen.

Es decir, mientras nuestra mirada estaba centrada en la cuarentena, la economía, el oxígeno y la falta de camas de cuidados intensivos, este otro problema seguía agravándose en paralelo. Y es importante aquí aportar distintas miradas porque el problema ambiental no está siendo necesariamente priorizado. Solemos identificar antes que este último a la corrupción, la falta de acceso a salud o la falta de acceso a educación como problemas muy relevantes antes de que aparezca digamos en nuestra mente el problema ambiental que tiene el Perú.

Pero eso va cambiando poco a poco. Los más jóvenes que han crecido en un país con recursos naturales cada vez más amenazados tienden a darle más prioridad a los problemas ambientales. Como ven, no todos son malas noticias.

Por su lado, el CERFOR, la Agencia del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre, ha empezado a implementar algunas regulaciones como libros de operaciones para operaciones en la selva y en aserraderos o registros electrónicos de transporte forestal. Y también el ejército, la marina y la FEMA, que son las fiscalías especializadas en materias ambientales, han llevado a cabo operaciones para interrumpir actividades de minería ilegal en Madre de Dios, como la operación Mercurio que se llevó a cabo en febrero del 2019. Esto para desalojar a los mineros ilegales de La Pampa y de áreas protegidas.

Nuestra selva merece que la miremos con más atención y preocupación de la que hemos venido dándole. Su importancia excede los límites del país, haciendo que este sea un lugar de particular equilibrio que debe luchar para ser mantenido. Acompáñanos en los siguientes episodios de Verde en Valor para escuchar más sobre cómo defender a nuestra Amazonía.

Este podcast es posible gracias al apoyo del pueblo estadounidense a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID. Su contenido es responsabilidad exclusiva de los autores y no refleja necesariamente los puntos de vista de USAID o del gobierno de los Estados Unidos.

El bosque tropical del Amazonas es el más grande del mundo.

Alberga 1500 especies de aves, más de 2 millones de especies de insectos y más de 2 mil especies de peces. Muchos lo llaman el pulmón del mundo porque es gracias a sus plantas que se puede eliminar gran parte del CO2 del planeta, a su vez creando oxígeno. El Perú es, después de Brasil, el segundo país con mayor territorio amazónico, incluyendo los orígenes y buena parte del río Amazonas y gran parte de la biodiversidad global, todo lo cual hace que sea una labor trascendental protegerlo.

¿Cuáles son algunas de las amenazas que enfrenta la selva peruana?

Hay 3 muy relevantes que ponen en riesgo su biodiversidad, y que queremos ir contándoles sobre ellas a lo largo de los siguientes episodios de este podcast. Nos referimos al tráfico ilícito de vida silvestre, la tala ilegal y la minería ilegal. De la mano con ustedes nos vamos a adentrar en estos problemas, descubrir por qué ponen en riesgo a la Amazonía y qué soluciones podemos plantear como país y como ciudadanos interesados para que esta zona se preserve.

Seremos francos: el panorama no es muy alentador. Cada año se pierden 150 mil hectáreas de bosque, el equivalente a 210 mil canchas de fútbol, al tiempo que se pone en riesgo a las especies que lo habitan. Una cantidad alarmante de estas hectáreas desaparecen como consecuencia de la minería ilegal o debido a que los ecosistemas mueren al retirar las especies que le dan vida .

Las regiones de Loreto, Madre de Dios y Ucayali albergan el 80% de la Amazonía peruana y son la fuente de 86% de la madera maciza que se extrae en el país. En nuestros bosques crecen muchos árboles de caoba y shihuahuanco, que son algunas de las especies más cotizadas por las propiedades de su madera.

En Loreto, el crimen ambiental más predominante es el tráfico maderero y el tráfico de especies silvestres por las fronteras con Ecuador, Colombia y Brasil. Una nueva amenaza en la zona son las “pequedragas”, es decir, las pequeñas dragas mineras de oro que se hacen desde embarcaciones en el distrito de Alto Nanay y contaminan el río Nanay, que desemboca en el Amazonas, con mercurio.

Por otro lado, está Madre de Dios, con alta incidencia de minería de oro ilegal, que luego saca dicho metal de contrabando a Brasil y Bolivia, junto con madera y especies silvestres. En agosto del 2020 se descubrió una red de crimen organizado de tráfico de madera y otros crímenes ambientales, que incluía a 14 personas, entre ellas ex directores de la oficina regional de medioambiente.  

Y finalmente está Ucayali, que también tiene un problema de tala ilegal muy fuerte, relacionado a una alta corrupción de autoridades regionales, como el es caso de Cocha Anía, que involucra a 5 ex-funcionarios del gobierno regional acusados de tráfico de tierras y deforestación de cerca de 3 mil hectáreas.

La pandemia no ha hecho más que agudizar este problema. Se sospecha que la deforestación ha aumentado el último año, teniendo en cuenta que el precio del oro repuntó durante la crisis del Covid19 y que históricamente el precio del oro y la deforestación han seguido una correlación.

Las comunidades indígenas se han visto duramente afectadas por la pandemia, con escaso acceso a medicina y hospitales, y a su vez sin la presencia de personas externas. Y a esto hay que sumarle que gran parte de los entes fiscalizadores de la Amazonía no han podido desplazarse  para proteger las zonas más vulnerables, dando paso a que estas actividades ilícitas se multipliquen. Es decir, mientras nuestra mirada estaba centrada en las cuarentenas, la economía, el oxígeno y la falta de camas UCI, este problema seguía agravándose en paralelo.

Y es importante que hablemos de miradas porque el problema ambiental no está siendo priorizado. Solemos identificar antes de este a la corrupción, la falta de acceso a la salud o a la educación mucho antes de que aparezca en nuestra mente los problemas ambientales graves que tiene el Perú. 

Pero eso también va cambiando poco a poco. Los más jóvenes que han crecido en un país con recursos naturales cada vez más amenazados tienden a darle más prioridad a los problemas ambientales.

Como ven, no todo son malas noticias. Por su lado, SERFOR, la agencia del Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre, ha empezado a implementar algunas regulaciones, como libros para operaciones en la selva y en aserraderos o registros electrónicos de transporte forestal. Y también el ejército, la marina y la FEMA (que son las fiscalías especializadas en materias ambientales, han llevado a cabo operaciones para interrumpir actividades de minería ilegal en Madre de Dios, como la operación Mercurio, que se llevó a cabo en febrero del 2019, para desalojar a los mineros ilegales de La Pampa.

Nuestra selva merece que la miremos con más atención y preocupación de la que le hemos venido dando. Su importancia excede los límites del país, haciendo que sea un lugar de particular equilibrio que debe luchar para mantenerse. Acompáñanos en los siguientes episodios de Verde en Valor para escuchar más sobre cómo defender la Amazonía.

Este podcast es posible gracias al apoyo del pueblo estadounidense a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID). Su contenido es responsabilidad exclusiva de los autores y no refleja necesariamente los puntos de vista de USAID o del gobierno de los EE. UU.