El tráfico ilícito de vida silvestre se traslada a Internet por la pandemia
Conocimiento

El tráfico ilícito de vida silvestre se traslada a Internet por la pandemia

13 Ene, 2022 | Por: Proyecto Prevenir

La Fiscalía de la Nación y SERFOR han alertado sobre el aumento del tráfico ilícito de vida silvestre en Internet durante la pandemia. Esta comercialización ilegal se trasladó de áreas físicas, como mercados, a plataformas virtuales.

El cibercrimen, la ciberdelincuencia o el delito informático hace referencia a la conducta ilícita que emplea tecnologías de la información o de la comunicación (p. ej.: dispositivos electrónicos con acceso a Internet como computadoras, teléfonos, televisión o reproductores de audio o video) para afectar bienes jurídicos de relevancia penal.

En el caso específico del tráfico ilícito de vida silvestre, el cibercrimen suele estar asociado al crimen organizado; es decir, a organizaciones criminales que hacen uso de la tecnología para cometer este tipo delitos.

Los traficantes de especies silvestres, muchas de las cuales se encuentran amenazadas, toman ventaja del Internet para ofertar y vender especímenes vivos o sus partes. El ciberespacio les ofrece acceso a un mercado global, abierto las 24 horas del día, los 365 días del año. Además, al otorgarles anonimato, disminuye las probabilidades de detección y aumenta las posibilidades de lucrar con la venta de vida silvestre.

Esta actividad ha aumentado considerablemente, especialmente en tiempos de pandemia por la COVID-19. Según el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR), en 2020 se registraron 17 denuncias a nivel nacional, 13 de ellas en Lima. Sin embargo, esto es apenas una pequeña muestra del real volumen que se trafica.

SERFOR cuenta con la aplicación “Alerta SERFOR”, que permite hacer denuncias de tráfico ilícito de vida silvestre en línea. Entre los años 2019 y 2020, recibió 36 denuncias procedentes de 11 departamentos.

En su artículo “Wildlife trafficking in the Internet age”, Anita Lavorgna menciona las oportunidades que Internet ofrece a los traficantes:

  • Mejores medios de comunicación: traficantes y clientes se pueden encontrar y comunicar libremente para realizar las transacciones.
  • Información técnica: permite acceder a información útil. Por ejemplo, rastrear envíos de animales, plantas o productos por correo, encontrar consejos sobre cómo alimentar a animales como los loros, conocer el marco legal existente, aprender cómo ubicar plantas raras en su país de origen para organizar su cosecha, etc.
  • Organizaciones y relaciones más simples y directas: se reduce la cantidad de intermediarios, y las relaciones entre el proveedor y comprador son directas.
  • Promoción de productos/especies a vender: la vida silvestre es publicitada virtualmente.
  • Oportunidades para persuadir al comprador: Internet se puede usar para convencer al comprador sobre la procedencia, calidad y legalidad del producto traficado.

Ejercicio de oferta y demanda

Para conocer la oferta y demanda de vida silvestre en el Perú, el Proyecto Prevenir de USAID realizó una búsqueda rápida de anuncios. En dos horas, se identificaron tres páginas web, seis anuncios de demanda de especies y 13 anuncios de oferta. Resumimos los resultados en el siguiente cuadro.

Anuncios de demanda

Anuncios de oferta

  • Diferentes compradores postean anuncios de compra de un animal silvestre, pero sin incluir cuánto están dispuestos a pagar por la mascota requerida.  
  • Una persona oferta múltiples anuncios. Por ejemplo, “Alicia” ofreció diferentes especies de aves en distintos departamentos del Perú y con variadas formas de contacto. Esto para evitar ser identificada o ubicada.
  • Entre las principales razones de la demanda están comprar un animal silvestre para reemplazar a la mascota anterior que se “murió/escapó”, y tener así un animal de compañía.
  • Los anuncios indican que las especies ofertadas poseen “certificaciones CITES”, documentos de salud, visitas a veterinarios, o proceden de zoocriaderos para asegurar la venta al mejor postor, aunque no ofrecen documentación que lo sustente.

Estudio pionero

Es poco lo que se conoce aún sobre el tráfico ilícito de vida silvestre en Internet. Uno de los estudios pioneros, que próximamente será publicado, ha sido el desarrollado por WCS en Perú, Bolivia, Ecuador y Colombia como parte de la “Alianza por la fauna silvestre y los bosques”. El estudio consistió en monitorear diferentes plataformas virtuales para conocer cuál es la situación del tráfico de vida silvestre en los tres países.

Aunque la búsqueda se realizó en el 2020, los hallazgos abarcan hasta 10 años atrás, porque muchos anuncios no son eliminados. El foco de búsqueda fueron anuncios de oferta y de demanda. “Buscábamos anuncios como, por ejemplo, ‘busco loro hablador’, o ‘busco cráneo de lagarto’. También había anuncios que ofrecían huevos de taricaya que, si bien tienen un comercio legal, deben tener los permisos adecuados para poder venderse”, explica Ana Gallegos, especialista de la iniciativa “Especies: tráfico y salud” de WCS Perú.

En las plataformas de comercio electrónico, los anuncios contenían solo algún número de WhatsApp o teléfono, y a veces un correo electrónico. Mientras que en las redes sociales los investigadores solo accedieron a la información de perfiles y grupos públicos.

Comprar animales silvestres como mascotas, consumir carne, o usarlos para artesanías son prácticas comunes.
Pero estas acciones suelen ser parte de una actividad ilegal muy rentable.
Vinculada con grandes mafias y con la corrupción.
Y, sobre todo, amenaza la supervivencia de miles de especies únicas, el equilibrio del ambiente y la salud de todos.
El tráfico ilegal de vida silvestre mueve hasta USD 23,000 millones al año en todo el mundo.
Y está estrechamente relacionado con el crimen organizado, como el narcotráfico.
Por su alta biodiversidad, la Amazonía peruana está siendo duramente impactada por este delito.
Según fuentes oficiales, más de 340 especies de animales son traficadas en nuestro país.
La mayoría provenientes de la Amazonía.
Reconocer el tráfico ilegal de vida silvestre como crimen organizado permite afrontarlo con mayor efectividad, pero eso es una tarea pendiente en el Perú.
Enfrentemos este delito. Evita comprar, consumir o usar todo lo que provenga del tráfico de fauna silvestre.
Conoce cómo en www.preveniramazonia.pe

Para el Perú, “las especies que más se ofrecían correspondían a las aves, entre ellos los loros, principalmente, los loros habladores. También los huevos de taricaya y la cabeza de lagarto fueron los más frecuentes. No tuvimos tantos hallazgos de monos como pensábamos, pero sí encontramos algunos casos”, explica Ana.

“Otro hallazgo importante es que ahora vemos a más personas involucrándose y conociendo la problemática del tráfico online”, comenta la experta. “Por ejemplo, en Facebook, denuncian directamente estos anuncios, lo cual hace que dicho anuncio sea eliminado, con lo que ya no hay pruebas suficientes para hacer una denuncia”, añade.

La especialista agrega que, ahora, el primer contacto parece ser desde una aplicación de mensajería instantánea como WhatsApp o de una red social como Facebook, y a través de estos medios se acuerda un punto físico para la contra entrega. “Podemos decir que sí hubo una migración del puesto del mercado o del boca a boca que dice ‘vengan a mi casa’ o ‘hago delivery’” para la comercialización de fauna/animales silvestres, comenta Gallegos.

El tráfico de vida silvestre en la Amazonía: Amenazas a la flora y fauna en la selva del Perú

Por otro lado, existe una coalición de casi 40 empresas globales de Internet que han impuesto restricciones al comercio de vida silvestre en sus plataformas de comercio en línea, como por ejemplo Facebook o Mercado Libre, las cuales están alineadas con la legislación de los países desde donde los usuarios pueden acceder.

El aumento del tráfico de vida silvestre en Internet debe llevar a plantearnos nuevas estrategias para hacerle frente. Se debe mejorar la fiscalización y control, así como fortalecer las capacidades de las autoridades para fomentar más investigaciones y seguimiento de los casos.

 Respuesta legal

El Perú ha suscrito compromisos nacionales e internacionales que ponen sobre la mesa el tema del cibercrimen asociado a la vida silvestre. Es el caso de la CITES, la Estrategia Nacional para Reducir el Tráfico Ilegal de Fauna Silvestre en el Perú y la Declaración de Lima sobre el Comercio Ilegal de Vida Silvestre.

 Pero, si bien en el Código Penal y en las leyes penales especiales se cuenta con una tipificación específica de los delitos informáticos en general, esta no se vincula directamente a los recursos naturales y mucho menos al tráfico ilícito de vida silvestre.


Escucha aquí nuestro podcast «Verde en Valor», «El impacto del tráfico ilícito de especies silvestres»

En el capítulo de hoy de Verde en Valor les vamos a explicar qué es el tráfico ilícito de vía silvestre, de qué especies estamos hablando y cuáles son las repercusiones reales que tiene esta actividad ilegal en la Amazonía peruana. La Amazonía es una de las regiones más preciadas que tiene el Perú, pero también una de las más olvidadas. Verde en Valor es un podcast producido por el Comité de Lectura en alianza con el proyecto Prevenir de USAID, que tiene como objetivo visibilizar y generar conciencia sobre los delitos ambientales que se cometen en la Amazonía peruana.

Este va a ser un viaje para reflexionar sobre cómo podemos proteger algo tan valioso como nuestros bosques amazónicos y qué herramientas tenemos a la mano para prevenir y combatir estas amenazas. También debemos entender que más allá de las responsabilidades que le corresponden al Estado, nosotros como ciudadanos y también las empresas podemos jugar un rol clave en la reducción de los delitos ambientales. ¿Cómo están todos? Como les contamos en el primer episodio de Verde en Valor, existen tres amenazas muy relevantes que ponen en riesgo la Amazonía.

Estas son el tráfico ilícito de vida silvestre, la tala ilegal y la minería ilegal. Hoy les vamos a contar sobre la primera de estas amenazas, es decir, el tráfico ilícito de vida silvestre. Vamos a empezar tratando de acordarnos si alguna vez conocimos a alguien que tuviera de mascota a un animal silvestre, por ejemplo un loro, un guacamayo, una tortuga o quizá hasta un mono.

Puede ser que nosotros mismos hayamos tenido animales como estos de mascotas en algún momento de nuestra vida. De hecho, tener animales silvestres como mascotas es una práctica que se mantiene en muchas regiones y además se desconoce que esta acción representa un delito. Es en parte por eso que el tráfico ilegal de vida silvestre es la cuarta actividad ilícita más lucrativa del mundo, luego de otras como el narcotráfico y el tráfico de armas.

Según estimaciones de las Naciones Unidas, el tráfico ilegal de vida silvestre moviliza entre 7 y 23 mil millones de dólares anualmente. Pues bien, para que esa mascota llegue a su propietario final ha tenido que pasar por un viaje largo que incluye la caza de estos animales, el acopio y su comercialización. Exploremos pues qué significa cada una de estas fases del problema.

En nuestro país entre el 2000 y el 2016 se decomisaron cerca de 67 mil animales, repito 67 mil, de acuerdo con el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre SERFOR, y a eso hay que sumarle aquellos animales que sí llegan a venderse o los que mueren antes de ser vendidos. Muchos de estos animales tienen como destino final Europa, Asia, Norteamérica y otros países vecinos de Sudamérica, mientras que otros son llevados a distintas ciudades, en especial a Lima. Se estima que el 80% de las especies comercializadas en la capital provienen de las regiones de San Martín, Loreto, Ucayali y Madre de Dios.

Aunque la captura o extracción ilegal está asociada a grupos criminales que se dedican a esta actividad, también es usual que las personas que viven o trabajan en espacios donde habita gran variedad de flora y fauna extraigan especies protegidas por costumbre o por falta de conocimiento sobre las leyes que las protegen. El negocio no es extremadamente lucrativo en esta fase pero sí deja una pequeña ganancia para quienes participan de la caza o la captura. ¿Y qué es lo que más se busca? Los animales protegidos más comercializados son monos, tortugas acuáticas, boas y aves como los guacamayos, loros y pibichos.

Sí, los famosos periquitos. Muchos de esos están en alguna categoría de amenaza o peligro de extinción, es decir, a punto de desaparecer de la faz de la tierra. Es el caso del mono choro, cola amarilla, la tortuga acuática, el condorandino, la vicuña o el pingüino de Humboldt.

Por otro lado, en el caso de la flora lo más traficado son las orquídeas, plantas que son altamente demandadas por aficionados y coleccionistas. En el Perú tenemos más de 2.600 especies de orquídeas y cerca de 62 de estas están en alguna categoría de amenaza. Pero esta es solo la primera etapa del periplo que recorren las especies hasta llegar a su destino final.

Luego viene el acopio y el transporte de estos animales y plantas. Las ciudades de Iquitos, Yorimagua, Puerto Maldonado y Pucalpa son los principales centros de acopio de las especies que han sido cazadas en comunidades. En el Perú, el acopio y transporte ilegal de fauna silvestre representa el 65% de los ingresos generados por este delito y es donde muere la mayor cantidad de animales capturados antes de ser vendidos.

Por ejemplo, se estima que 9 de cada 10 monos capturados pierden la vida antes de llegar a ser mascotas. Esto se debe principalmente a las condiciones en las que viajan los animales, en cajas oscuras con poca ventilación y sin medidas de higiene, expuestos al hambre, al frío o al calor excesivo, en muchos casos por más de 10 días. Y después de todo este periplo, finalmente llegamos a la etapa de la venta final.

En Lima, la mayor cantidad de animales silvestres se comercializa en mercados de abasto en el centro de Lima, San Juan de Miraflores y Puente Piedra, ya sea en puestos fijos o a través de vendedores ambulantes. Mientras tanto, en las fronteras, el precio de estos mismos animales suele triplicarse, haciendo que sean espacios muy cotizados de venta. Muchas de estas especies pueden ser exportadas legalmente, pues el sistema de permisos está abierto al fraude.

¿Cómo? Los permisos para comercializar ciertas especies pueden ser falsificados o vueltos a usar para otros fines, haciendo que el tráfico no sea necesariamente clandestino, pero sí ilegal. Y aquí ustedes se preguntarán, fuera del sufrimiento animal evidente, ¿qué es lo que hace que el tráfico de especies sea además un peligro para el ambiente? Primero que nada, el tráfico afecta a las poblaciones naturales de las especies silvestres. Esto es particularmente peligroso para esas especies que están en peligro de extinción, como es el caso de la tortuga charapa o el mono choro.

Además, el hábitat natural de estas especies se ve perturbado por las personas que entran a él para cazar. Por ejemplo, para capturar crías de guacamayos, se suelen derribar los árboles huecos donde están los nidos. Esto hace no solo que haya menos oferta de árboles para anidar, sino que además se afectan las áreas de cría, refugio y alimento de los guacamayos y se reducen las semillas de los frutos que consumen.

Como ven, la captura de guacamayos puede poner en riesgo la estructura del bosque y los servicios ecosistémicos que éste ofrece. Otro tema preocupante es que el método de extracción de las especies no siempre es selectivo, lo cual termina impactando a otras especies que no son preferidas por el tráfico ilegal, pero que terminan siendo capturadas de todas formas o mueren en el proceso. Pero quizá la consecuencia más preocupante hoy en día de este delito es la dispersión de enfermedades con efectos nocivos para otras especies, incluyendo los humanos.

El tráfico ilegal de vías silvestres representa un serio peligro para la salud pública. Prueba de esto es que la pandemia que estamos viviendo justamente tiene este origen. El virus SARS-CoV-2 tiene un origen zoonótico, es decir, se transmitió de un huésped animal a uno humano.

Por eso es tan peligroso que en mercados como el de Belén en Iquitos, donde se venden pescados, carnes frescas, frutas o verduras, también se comercialicen animales silvestres, vivos o muertos, que podrían estar infectando lo que los rodea. La COVID-19 ha puesto los reflectores sobre los peligros de las enfermedades zoonóticas expandidas por la vía silvestre. No obstante, a pesar de disminuir el comercio, durante la pandemia se ha reportado un incremento de la comercialización de animales a través de las plataformas virtuales y redes sociales, creando una nueva ventana de delito conocida como el ciberdelito o el cibercrimen.

Existen 850.000 virus desconocidos que podrían provocar nuevas pandemias, de acuerdo a un informe de la Plataforma Intergubernamental de Diversidad Biológica y Servicios de los Ecosistemas. Y el Perú, habiendo traficado más de 67.000 animales en los últimos años, juega una lotería que podría desencadenar en que un virus, esta vez peruano, se convierta en una amenaza para la salud pública. Así, en resumen, el tráfico de vía silvestre es una amenaza para la biodiversidad, la salud de las personas y la sostenibilidad de la Amazonía.

Pero no es un delito aislado. El tráfico ilegal de vía silvestre depende en gran medida de redes organizadas, muchas de ellas transnacionales, y suele estar ligado a otros males sociales, tales como la corrupción y la desinformación. Como crimen organizado que es, se requiere pues un trabajo coordinado entre distintos actores políticos para frenarlo.

Se requieren herramientas idóneas para enfrentar a las organizaciones criminales que se dedican a la exportación de fauna silvestre obtenida ilícitamente. Reconocerlo como delito, que digamos de crimen organizado, dotará de mayores armas legales a la policía, jueces y fiscales para fortalecer la persecución de esta actividad. ¿Y qué podemos hacer nosotros como ciudadanos? Hay algunas medidas que podemos tomar para ayudar a proteger la Amazonía.

No comprar especies silvestres, participar en programas de conservación como Adopta un animal en la Amazonía, exigir transparencia a nuestras autoridades, denunciar a la fiscalía o policía la comercialización ilegal de especies de animales o plantas silvestres, entre otras. Es necesario que miremos el tema del tráfico ilícito de vía silvestre en todas sus dimensiones y que nos demos cuenta de todo lo que hay detrás de un animal en cautiverio. El equilibrio de la Amazonía es muy frágil y las repercusiones de no cuidarla son muy graves.

Acompáñenos en los siguientes episodios de Verde en Valor para seguir explorando la Amazonía desde un lugar más respetuoso y consciente. Este podcast es posible gracias al apoyo del pueblo estadounidense a través de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional, USAID. Su contenido es responsabilidad exclusiva de los autores y no refleja necesariamente los puntos de vista de USAID por el gobierno de los Estados Unidos.

En 2020, por la pandemia de la COVID-19 se vio necesario crear la Unidad Fiscal Especializada en Ciberdelincuencia del Ministerio Público con competencia nacional. Aunque no ve directamente el tema de tráfico ilícito de vida silvestre, sí podría apoyar en las investigaciones del tráfico de vida silvestre por Internet a solicitud de las Fiscalías Especializadas en Materia Ambiental (FEMA).

La categorización del tráfico de ilícito de vida silvestre como crimen organizado resulta vital como respuesta del Estado, ya que le permite ampliar estrategias y técnicas de investigación tanto de los fiscales como de los jueces.

Recomendaciones e ideas clave desde Prevenir

Desde el Proyecto Prevenir consideramos fundamental avanzar en los siguientes aspectos para hacerle frente al tráfico ilícito de vida silvestre por Internet:

  • Impulsar la coordinación interinstitucional para investigar y sancionar esta modalidad de comercio ilícito, dado que la normativa legal aún está en proceso de desarrollo.
  • Incluir los delitos contra la vida silvestre en la Ley contra el Crimen Organizado.
  • Realizar un diagnóstico del estado del comercio ilegal de fauna silvestre a través de Internet en el Perú, con miras a plantear nuevas estrategias para combatir este delito.
  • Implementar plataformas de denuncias.
  • Fortalecer las capacidades técnicas y logísticas, donde la tecnología se utilice como aliada para prevenir, supervisar y combatir los delitos ambientales.
  • Organizar un curso especializado de comercio ilegal de fauna silvestre a través de Internet en el Perú, dirigido a profesionales claves de instituciones como FEMA, EFOMA, SERFOR, OSINFOR, gobiernos regionales, SUNAT y la Procuraduría Pública Especializada en Materia Ambiental.
  • Las instituciones que realizan ciberpatrullaje deben establecer alertas, filtrar la información, conocer el mercado y desarrollar software. La investigación financiera es igualmente clave.
  • Aumentar la difusión y sensibilización sobre esta problemática y sus impactos para lograr una sociedad informada, activa y aliada en el proceso de la lucha contra el tráfico ilícito de vida silvestre.
Descarga el informe Incorporación de los delitos de tráfico ilegal de flora y fauna en la Ley contra el Crimen Organizado