El encuentro, de dos días de duración, permitió que empresarios, expertos, funcionarios públicos, líderes comunitarios y representantes de la cooperación internacional debatan hacia una visión integral de la Amazonía considerando el desarrollo sostenible y el cuidado del ambiente. Concluyó con la firma de la Declaración de Iquitos.

La Amazonía peruana es una de las regiones con mayor biodiversidad en el planeta y cumple funciones tan cruciales para la humanidad como la regulación del clima. Además, provee recursos indispensables para el bienestar, desarrollo y crecimiento económico de la población peruana. 

Esta riqueza, sin embargo, conlleva enormes desafíos. La tala y la minería ilegales, junto a otros delitos ambientales como el tráfico ilícito de vida silvestre, generan crecientes impactos a la Amazonía y sus habitantes, y confluyen con otras actividades vinculadas al crimen organizado como el narcotráfico y la trata de personas. 

¿Cómo desarrollar actividades económicas y productivas sostenibles, que generen bienestar en la población y sean una alternativa frente a estas condiciones de ilegalidad e informalidad que afectan la inversión y limitan el desarrollo? ¿Hacia dónde debe ir la Amazonía considerando el desarrollo sostenible en el marco de una economía formal y respetuosa con el ambiente?

Estas preguntas se plantearon en el IV Congreso de Emprendedores Amazónicos, desarrollado en Loreto el último junio, en el cual el Proyecto Prevenir de USAID fue coorganizador. 

«Desde el Proyecto Prevenir de USAID hemos traído a este congreso la propuesta de considerar fundamental el combate de los delitos ambientales, pero sobre todo involucrar a la multiplicidad de actores —el sector público, el sector privado, las comunidades indígenas, la cooperación internacional— hacia una visión compartida de lo que queremos para el desarrollo sostenible de nuestra Amazonía», explicó Violeta Bermúdez, su directora ejecutiva.

Visión integral

Un objetivo estratégico de Prevenir de USAID es generar alianzas que promuevan delitos ambientales,  dado que es una problemática que no se puede abordar únicamente desde la sociedad civil, el sector privado o las autoridades. El CEA justamente plantea un espacio para poner sobre la agenda la importancia de prevenir delitos ambientales como condición necesaria para un desarrollo sostenible de la Amazonía.

El encuentro, de dos días de duración, terminó con la firma de la Declaración de Iquitos. Entre otros compromisos, los presentes acordaron enfrentar los delitos ambientales como la tala ilegal, la minería ilegal, el tráfico de fauna silvestre y la ocupación y tráfico de tierras en la Amazonía peruana, “los mismos que ponen en riesgo la salud y la vida de los pobladores de la Amazonía y son una limitante para el desarrollo sostenible inclusivo y competitivo”. 

Asimismo, acordaron “desterrar las actividades criminales ilícitas como los cultivos ilícitos y el crimen organizado, promoviendo las actividades lícitas y otros mecanismos legales, así como brindar protección oportuna a las personas defensoras ambientales para salvaguardar su integridad ante las amenazas del crimen organizado que operan en la Amazonía y reducir los altos índices de corrupción que afectan la gestión nacional, regional y local”. 

Para cumplir con estas acciones, la declaración precisa que “se requiere alinear las intervenciones de todos los sectores del gobierno nacional con los enfoques y prioridades definidas en las jurisdicciones amazónicas, en forma integral e integrada”. Por ello, los firmantes se comprometieron a desarrollar con carácter de urgencia un “Plan Estratégico de Desarrollo Sostenible e Inclusivo de la Amazonia Peruana con Visión al 2050, debidamente alineado a los objetivos nacionales con la participación inclusiva de todos los actores públicos y privados en su elaboración, negociación, formulación y ejecución”. La Amazonía no puede esperar.