Hay mucha desinformación alrededor del comercio de fauna silvestre y productos derivados. Conversamos con Annie Escobedo, especialista en conservación de vida silvestre, sobre algunos de los principales mitos que rodean esta actividad en apariencia inofensiva, pero mayormente ilegal y con serias implicancias para la naturaleza y las personas.
1. «Lo compro para rescatarlo”
Mucha gente que acude a los mercados y ve a los animales en condiciones muy precarias —mojados, amarrados, en jaulas—, piensa: “Lo voy a comprar para rescatarlo”. Pero lo que termina ocurriendo es que, al adquirir el animal, generan que el vendedor vaya a traer otro para reemplazarlo. En consecuencia, adquirir un animal por pena termina fomentando el tráfico de especies silvestres.
2. «Una vez rescatados, basta con devolverlos a su hábitat natural«
Cuando las personas tienen animales silvestres en sus casas, los domestica tanto que pierden su capacidad de readaptarse a su ambiente natural. Como no pueden ser devueltos al bosque porque no sobrevivirían libremente, terminan quedándose presos de por vida en centros de cría. Estos centros son espacios habilitados por el Estado peruano para salvaguardar la fauna fuera de su hábitat natural. Entre ellos están los centros de rescate y los zoológicos.
3. «Por un solo animal fuera del bosque no se produce pérdida de biodiversidad”
Contrario a lo que se puede percibir, no se trata de casos aislados. Cada especie ocupa un lugar en la naturaleza y está vinculada a todo el ecosistema. Cuando se le retira de ese ecosistema, se genera un impacto significativo. Veámoslo con un ejemplo: los monos grandes son constructores y, como ocupan una mayor área y se desplazan por rutas más largas que los monos pequeños, van trasladando frutos. Cuando se les saca de su hábitat natural para ser traficados, quienes toman la delantera son justamente los monos más pequeños. Si bien otras especies de mono pueden reemplazar las funciones que cumplen los monos grandes en el bosque, este tipo de cambios a la larga causa impactos en el bosque que pueden ser irrecuperables. Afecta la capacidad de seguir proporcionando bienes y servicios como, por ejemplo, la provisión de alimentos y la regulación del clima.
¿Sabías qué…?
Para que un mono llegue como mascota a un hogar, se calcula que otros nueve murieron en el trayecto, dadas las pésimas condiciones de captura, traslado y comercio.
4. «En mi casa engrío a mi mascota con comida que nunca probaría en el bosque”
Los animales silvestres no están preparados para alimentos que consumimos los humanos. Como nos cuenta Annie, se les suelen dar plátanos, arroz, pan, incluso conoce el caso de un loro al que se le daba de comer papas fritas. Esto genera que los animales empiecen a tener problemas bronquiales, digestivos y dérmicos. En muchos casos terminan muriendo por problemas de salud o por enfermedades que, como veremos en el siguiente mito, conllevan un riesgo para todos los seres vivos.
5. «Los animales pueden contagiar enfermedades a los humanos, pero no al revés”
El mayor riesgo al regresar a su hábitat natural a un animal que ha sido rescatado del comercio de fauna silvestre es que puede haber contraído ciertas enfermedades de los humanos. Incluso si no presentara síntomas, puede ser portador de una enfermedad que luego contagia a ciertos animales silvestres.
A la par, como ya hemos experimentado con la pandemia por la COVID-19, muchas enfermedades se transmiten de animales a seres humanos. Esto se conoce como una enfermedad zoonótica, la cual puede ser ocasionada por una bacteria, un virus o parásitos que pasan de los animales a las personas.
6. «Si la venta del animal está en una página web o se da en una veterinaria, significa que es legal”
Los animales silvestres, legales o ilegales, no solo son ofrecidos en zoocriaderos, veterinarias o en páginas web. Para comprar uno, se debe comprobar que estos comercios cuentan con los documentos que acreditan su tenencia legal: autorizaciones, permisos, certificados, facturas, entre otros.
Estas autorizaciones son emitidas por las autoridades regionales forestales y de fauna silvestre (ARFFS), las administraciones técnicas forestales y de fauna silvestre (ATFFS) o el Servicio Nacional Forestal y de Fauna Silvestre (SERFOR). No confiemos cuando los vendedores nos dicen que sí tienen todos los permisos en regla. Exijamos que nos enseñen los documentos que lo demuestran.
#SiComprasEresCómplice
Detrás de cada animal silvestre convertido en mascota de manera ilegal, hay una cadena de maltrato y muerte. Comparte este vídeo y haz que todo el mundo lo sepa.
Entérate de más en: http://sicompraserescomplice.pe/