Fiscales, jueces y defensores ambientales están usando la tecnología para combatir los delitos ambientales en Ucayali y Loreto. Además, los miembros de comunidades nativas han sido capacitados en el manejo de GPS, drones y la aplicación Locus Map, y hoy colaboran con las autoridades como monitores amazónicos.
La Amazonía peruana ocupa más del 60% del territorio nacional. Esta inmensa fuente de recursos naturales está constantemente amenazada por diversos delitos ambientales que degradan los bosques, afectan la vida silvestre y dañan la salud humana.
Para enfrentar esta situación, que impacta especialmente a las comunidades indígenas amazónicas, en 2008 se crearon en el Perú las Fiscalías Especializadas en Materia Ambiental (FEMA). Su objetivo es prevenir, investigar y combatir delitos ambientales.
Entre 2015 y 2016, el Gobierno de los Estados Unidos, a través de USAID, donó a las FEMA de Ucayali y Loreto un paquete tecnológico y logístico para implementar unidades de monitoreo satelital. Esto incluyó equipos como computadoras, GPS, drones, y la asistencia técnica para su puesta en marcha. La idea es vigilar permanentemente el bosque, y detectar posibles delitos para sancionarlos, pero también para evitarlos y controlarlos antes que puedan escalar.
Las unidades de monitoreo satelital han generado a la fecha 945 informes de investigación fiscal que, a partir de 2019, tienen calidad de pericia; es decir, pueden servir como pruebas en los juicios. Las imágenes satelitales históricas se han vuelto una herramienta fundamental, ya que muestran el avance y georreferenciación de las amenazas al bosque. Para el Ministerio Público, tener un medio probatorio es fundamental para que sus denuncias puedan volverse sentencias.
Estos avances en el trabajo de las FEMA, a partir del uso de la tecnología, han mejorado el control tanto en áreas naturales protegidas como en los territorios indígenas. Además, han logrado esquemas colaborativos más idóneos entre las comunidades, el Servicio Nacional de Áreas Naturales Protegidas por el Estado (SERNANP) y el Ministerio Público. En este video te contamos algunas de esas experiencias.
Aliados por naturaleza
Tan importante como la tecnología son los aliados para su implementación. Las FEMA han identificado a los monitores indígenas y a los guardaparques de las áreas protegidas como aliados clave para la provisión de información y prevención de delitos ambientales. Este es el caso de los monitores que registran las actividades Ilegales en la Reserva Nacional Allpahuayo Mishana, ubicada en la provincia de Maynas, departamento de Loreto.
Gracias al uso de drones, los monitores pueden llegar a los lugares más recónditos de la Amazonía peruana para registrar exactamente cuál es el daño ambiental. Esto permite que las autoridades avancen en la prevención y se deban enfocar menos en solo sancionar cuando el daño ya está hecho.
En el siguiente video te contamos sobre el caso de un bosque de varillales del que hoy solo queda arena blanca. Para extraerla —usualmente de forma ilegal para uso del sector construcción en Iquitos—, se eliminó toda la cobertura vegetal. Este daño irreparable hoy podría evitarse gracias al monitoreo con drones.
Vigilantes del bosque
«Como pueblo originario, nuestro bosque es muy importante porque ahí tenemos todo: es nuestro mercado, nuestra planta medicinal, materiales de construcción, peces, recursos hidrobiológicos», dice Teddy Cairuna Cauper, representante de la comunidad de Nuevo Saposoa.
Esta comunidad se ubica en la zona de amortiguamiento del Parque Nacional Sierra del Divisor, en el sector Pachitea, en la región Ucayali. El parque, fronterizo con el Brasil y ubicado entre Ucayali y Loreto, es una de las áreas naturales protegidas mejor conservadas de todo el Perú. Sin embargo, está sujeto a diversas amenazas, especialmente por la deforestación causada por la migración de invasores a sus zonas de amortiguamiento. Esto no solo amenaza a los recursos forestales y la vida silvestre, sino también a la seguridad de las poblaciones indígenas.
Para que puedan volverse monitores amazónicos, los comuneros fueron capacitados en el manejo de GPS, drones y la aplicación Locus Map, y hoy colaboran con las FEMA enviando información sobre delitos ambientales en sus territorios. Son los miembros de la comunidad quienes hoy vigilan su ecosistema y cuidan sus recursos naturales. Esta experiencia de monitores locales empoderados con la tecnología puede replicarse en otras comunidades de la Amazonía.
El uso de la tecnología de punta para mejorar la prevención y el combate de los delitos ambientales que amenazan nuestros bosques es un compromiso de la Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional (USAID) con la conservación de la Amazonía peruana.