Yackxeri Vela es miembro de la asociación de castañeros RONAP, una de las tres organizaciones que se aliaron en la Red de Monitoreo de delitos ambientales de Madre de Dios. Ellos buscan conservar la biodiversidad y el bienestar de millones de personas frente a amenazas como la tala y minería ilegales.
“Mi historia y la de mi familia siempre estuvieron ligadas al bosque. Soy la tercera generación de castañeros”, nos cuenta Yackxeri Vela, hija y nieta de concesionarios castañeros y responsable del Área Forestal de la Asociación de Recolectores de Nuez de Brasil (RONAP). Esta asociación se creó en 2003 en Tambopata para promover la recolección, transformación y exportación sostenible de la castaña amazónica. Con 50 asociados, su principal objetivo es conservar cerca de 44,000 hectáreas de bosques en Madre de Dios, departamento que es el principal productor y exportador de castaña en el país.
Los bosques de castaña son únicos en el mundo, y solo se encuentran en la frontera de Perú, Brasil y Bolivia. Son árboles que superan los 50 metros de altura y pueden vivir aproximadamente 1000 años. Sus frutos son unos cocos de entre 10 y 15 centímetros de diámetro, dentro los cuales crecen las castañas (sus semillas).
Su cosecha es una tradición en la Amazonía peruana, cuya práctica es eminentemente sostenible, porque consiste en recolectar los cocos que caen del árbol de forma natural, para luego extraer y procesar las castañas. Los bosques de castaña no solo generan puestos de trabajo e ingresos para cientos de familias, sino que también permiten conservar la biodiversidad y contribuyen a mitigar el cambio climático.
Lamentablemente, en los últimos años, las concesiones autorizadas para aprovechar la castaña han sido afectadas por amenazas como la tala y minería ilegales. Por eso, en 2021, la RONAP, la Asociación de Concesionarios Forestales de Madre de Dios (ACOMAD) y el Comité de Gestión de la Reserva Nacional Tambopata unieron esfuerzos para crear la primera Red de Monitoreo de Delitos Ambientales de Madre de Dios. Y para ello apelan a la capacitación en el uso de tecnología, entre otras acciones clave.
Trabajo en equipo
«Manejamos alertas satelitales tempranas, realizamos monitoreos, identificamos y denunciamos cambio de uso de territorio, invasiones y otros delitos. Gracias al apoyo del proyecto Prevenir de USAID, consolidamos la Red de Monitoreo de Delitos Ambientales de Madre de Dios», explica Yackxeri.
La red se ha unido para conservar los bosques y sus propiedades, pero también para generar más conciencia ambiental. Por eso, entre sus actividades y metas han priorizado cómo preservar los derechos y la integridad de las personas defensoras ambientales, y cómo intervenir en las áreas donde encuentran actividades ilícitas.
También buscan ofrecer talleres en educación ambiental para niños y jóvenes. “Esto es muy importante porque si no somos conscientes de lo importante que es el bosque y la naturaleza, no vamos a ser conscientes de las consecuencias que esto puede tener si no actuamos ahora”, señala Yackxeri.
Además, la red ha aprobado normas internas y protocolos de gobernanza, y un plan de trabajo anual, que incluye elaborar mapas de amenazas y participar en varias actividades de supervisión sobre el terreno, con la asistencia técnica del Proyecto Prevenir de USAID. Además, ha intercambiado lecciones y experiencias con organizaciones indígenas y otros proyectos de cooperación para compartir sus mejores prácticas de vigilancia, denuncia y prevención de delitos ambientales.
¿Sabías qué…?
Los integrantes de la red han identificado casos sobre delitos ambientales para su investigación por parte de las autoridades, elaboran planes de monitoreo y vigilancia, y se capacitan en el uso de tecnologías como drones.
Tecnología para el bosque
Otro aspecto fundamental de la red es que sus miembros reciben formación continua en el uso de herramientas tecnológicas para vigilar y denunciar delitos ambientales. Estas actividades incluyen la capacitación con licencia para el pilotaje de drones. El objetivo de la red es que 15 de sus miembros obtengan licencia para pilotear drones y, así, poder generar las denuncias de manera formal.
Las capacitaciones también incluyen aprender a usar la APP Mi Bosque. Esta aplicación fue desarrollada por el OSINFOR (Organismo de Supervisión de los Recursos Forestales y de Fauna Silvestre), con el apoyo del Proyecto Prevenir de USAID, para promover la denuncia oportuna y el monitoreo del uso de los recursos forestales.
¿Cómo podemos todos cuidar de los bosques, le preguntamos a Yackxeri, que es tercera generación de castañeros. «Como sociedad, debemos entender que la formación de ecosistemas le tomó al planeta millones de años. Nuestra generación debe aprender a respetar y no dejarnos llevar por el consumismo desmedido. Aprendí que la castaña no solo es una actividad, es un sentimiento que se deja crecer para vivir en felicidad con el entorno, viendo las especies, escuchando la música del viento sobre los árboles, aceptando con gratitud el regalo del bosque».
«Sólo trabajando juntos podremos dar pasos importantes. Esta red se convertirá en un espacio para denunciar infracciones y resolverlas de manera segura, no solo para asegurar la conservación de los bosques, sino también para garantizar sus beneficios para todos los peruanos».
Yackxeri Vela, representante de la RONAP